Eran tiempos solidarios en los que no pocos de quienes vivíamos fuera de Chile, exiliados o no, tratábamos de aportar y apoyar las iniciativas y esfuerzos que se hacían en el país para ponerle fin a la dictadura de Pinochet y los suyos. En nuestro caso, apoyábamos en especial la acción de los medios y de los periodistas que batallaban por hacer menos irrespirable la atmósfera mediática en que vivían los chilenos.

Radio Chilena

Primera radio creada en el país - inició sus transmisiones en octubre de 1922 - Radio Chilena pertenecía a la iglesia católica pero no era una radio proselitista sino una excelente radio generalista muy presente en nuestra educación musical en los años ’60. Veinte años más tarde, aportaba lo suyo a la batalla por la libertad de expresión, por lo que no dudé en aceptar la proposición de Jaime Moreno, director de su departamento de prensa y presidente del Colegio de Periodistas, de ser su corresponsal en París.

Transatlántico

Fue así como tiempo después, a comienzos de 1988, le propuse un programa tipo "magazine" que llamaríamos Transatlántico. Concebido como un viaje por diversos ámbitos culturales y musicales de Francia y Europa, el programa, semanal, incluiría también una mirada más periodística de la actualidad de la semana.

Vale la pena recordar que esos tiempos "pre-digitales" la radio funcionaba con soportes analógicos, léase cintas magnéticas que una vez grabado el programa había que hacer llegar rápidamente a Chile, antes de que los elementos de actualidad quedaran obsoletos. Ello suponía disponer de un stock importante de cintas capaces de contener un programa de una hora y del dinero necesario para hacerlo llegar rápidamente a Chile via DHL. En cuanto al estudio de grabación, teníamos la suerte de poder contar con el de Radio Latina, donde yo trabajaba por aquel entonces.

Obviamente, más allá del aspecto material, nada habría sido posible sin un grupo de amigos que se embarcó en el Transatlántico por "amor al arte" : Cecilia Rovaretti y Ricarte Soto en la parte periodística ; Josefina Santa Cruz, Antonia Olivares y Rosy Gutiérrez en la lectura de textos y Bertrand Beuf en la parte técnica. La aventura - que incluyó un programa hecho en los estudios de Radio Chilena en Santiago - (ver foto), duró menos de un año y fue un esforzado pero gratificante preludio de la gran operación que, en conjunto con Radio Latina y Radio Chilena, organizamos el 5 de octubre de ese mismo año a propósito del plebiscito y del No a Pinochet.

Bienvenido a bordo de este Transatlántico de agosto de 1988.