Inolvidable Ana Vásquez

, par Eduardo Olivares Palma

Facebook me recuerda que hace doce años, tanto en Chile como en Francia, se preparaban homenajes a la querida y recordada Ana "Nicha" Vasquez, que nos había dejado el 18 de noviembre del 2009.


La vida del exilio y el periodismo me habían dado la posibilidad de conocerla personalmente, de conocer su fascinante historia de hija de emigrantes rusos y de descubrir con gran alegría que, además de muchas otras cosas, compartíamos una relación particular con La Calera, el pueblo en que yo crecí y al que ella puso en el corazón de uno de sus mejores libros : Las jaulas invisibles.

Como una manera de recordarla a quienes la conocieron y de acercarla a quienes no tuvieron oportunidad de oírla expresar su suave pero obstinada convicción, compartí entonces y comparto nuevamente hoy, cuatro extractos de una conversación sostenida con ella el año 2002, en un café de Santiago de Chile. Entre otras cosas, nos comentó que el día anterior, en la ceremonia de presentación de Las jaulas invisibles, alguien la había emocionado diciéndole que ella "era parte de Chile". Nos habló de las dificultades que complican a menudo el deseo de retorno de los exiliados y de los lazos misteriosos que unen nuestras historias personales y la "gran" Historia, de su padre emigrado de la Rusia zarista, de la criada “de novela” que estuvo largos años a su lado y de las "jaulas invisibles" que nos impiden a menudo volar y ser libres. Esas jaulas que "La Nicha", como la llamaban sus amigos y su gente, acababa de cambiar por las aulas invisibles desde la que -al igual que en esta entrevista- sigue compartiendo su pasión y su sabiduría.